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lunes, 7 de marzo de 2011

INFOMUNICATE

La Tercera Fase
Formas de saber que estamos perdiendo de Raffaele Simone
Por:Elizabeth Palacios Hernández 

Sin apenas darnos cuenta, hemos entrado en una Tercera Fase de la historia del conocimiento. Podemos decir que hubo una Primera, en la que dominó la escritura, y una Segunda, caracterizada por la imprenta.
Sin apenas darnos cuenta, hemos entrado en una Tercera Fase de la historia del conocimiento. Podemos decir que hubo una Primera, en la que dominó la escritura, y una Segunda, caracterizada por la imprenta. En esta Tercera Fase dominada por la cultura audiovisual (radio, televisión e Internet) se han hecho posibles hazañas que nunca hubiéramos podido imaginar, pero estamos perdiendo formas de conocimiento centenarias. Este es el lado oscuro de la revolución informática. El autor ilustra algunas formas de aprender que no llevaremos con nosotros en el futuro, describiendo cómo se formaron y cómo están desapareciendo, y analiza las consecuencias de las transformaciones tecnológicas en nuestra identidad y tradición.[i]
Este libro nace de la inquietud del autor acerca de cómo la sociedad actual genera y transmite conocimientos y su comparación con los métodos tradicionales. Simone ha advertido un cambio importante que comenzó a gestarse hace apenas 15 o 20 años con el advenimiento de la revolución electrónica y la difusión de nuevos medios de comunicación.
No es la primera vez en la historia que se genera un cambio importante en el modo de formación de conocimientos, esto ha ocurrido al menos en dos ocasiones: La primera fase coincidió con el advenimiento de la escritura, que permitió fijar con signos las informaciones que antes debían ser registradas en la mente. La segunda fase comenzó con el invento de la imprenta, que acercó el libro a un público vasto que antes no tenía acceso a este recurso y al mismo tiempo lo consolidó como símbolo de conocimiento.
Estas fases tienen algo en común: en ellas se lee y se escribe. Así que estas operaciones vinieron realizándose comúnmente durante siglos y fueron nuestra fuente de cultura y transmisión de conocimientos. Sin embargo, en los últimos años, algo ha sucedido: hoy día, la cantidad de cosas que sabemos porque las hemos leído es mucho menos que hace treinta años: las hemos podido simplemente "ver" (en televisión, internet, cine) o bien "escuchar" en una radio. Este cambio está teniendo efectos profundos en el contenido de los conocimientos y en la forma en que están organizados. Algunos han observado que los conocimientos de la tercera fase están menos articulados y son menos sutiles, y mantienen que se ha producido una degradación cualitativa del saber, mientras que quizá sólo haya cambiado su naturaleza.
Es posible que con las nuevas modalidades de conocimiento se lleguen a activar nuevos módulos o funciones de la mente; al mismo tiempo, funciones que hemos tenido activadas durante siglos, volverán a su estado de reposo.[ii]
Referencias:

1 comentario:

Pablo Vázquez dijo...

Lo importante es como nos desenvolvamos en esta nueva historia del conocimientos. Si bien puede ser una herramienta para algo positivo y bueno, también lo puede ser para algo negativo y malo. El mundo es un proceso de cambios,l es por eso que no podemos rechazar esta nueva historia sino todo lo contrario, la tenemos que adaptar a nuestra vida cotidiana, favorablemente.