La mediatización en la modernidad
Por:Alma Gabriela Silva Díaz
Desde siempre el poder se concentra en la fuerza que rige la consciencia de un pueblo, la ideología viene a ser el arma precisa para llegar y mantener el control de una sociedad; en la década de los sesenta, se tomó la decisión de brindar el poder sobre la sociedad, en el ámbito político, económico y cultural, cuando ante la Ley Federal se estableció el monopólico radiofónico y televisivo (el quinto poder), de haber sabido que el futuro de las sociedades sería regido por los medios de comunicación, difícilmente se le habría otorgado el poder a las instituciones privadas, poco tiempo tuvo que pasar para modificar la vida de las nuevas civilizaciones mediáticas, en los años 70 se instauraron políticas de consumo que poco a poco fueron transformando y abriéndole las puertas a sociedad de consumo.
La sociedad que es impactada con los medios masivos de comunicación, poco a poco se ve más alienada, las masas se van haciendo mayores y la individualidad va decayendo; la sociedad se ha ido deshumanizando y cree necesitar del reconocimiento de terceros para alcanzar un alto grado de satisfacción, lo material va gobernando por la misma idea consumista que se tiene y saberse importante va a depender del qué dirán, al final cumplir los parámetros que exige la sociedad va a ser el único medio que hará sentir a la población un poco más cerca de la fama, de la popularidad y del ‘’poder’’; los tres conceptos que dan status al ser humano según los líderes de opinión y quienes tiene el verdadero acceso a estos. Los lineamientos son cada vez más inalcanzables y va convirtiendo a seres simplemente humanos en frustrados, aislados, egoístas, inconformes y deshumanizados; pero ¿quién marca los supuestos parámetros? G. Lipovetsky señalaba que "El estereotipo es siempre reflejo de la ideología dominante. Es un principio organizador de la realidad, pero desde una perspectiva conservadora. Tiende a perpetuar, a petrificar. Su único dinamismo es la carga emocional que encierra." Para la creación de un estereotipo es necesario tomar un fragmento de la realidad para enganchar a las masas y de ahí desarrollar situaciones, personajes y contextos basados en las necesidades creadas por los dueños de los medios.
El punto de partida para que la mediatización llegue a tomar fuerza preponderante sobre ciertas tradiciones, costumbres y comportamiento es tomar las necesidades básicas y llevarlas tan lejos como sea posible (pobreza, falta de empleo, educación de calidad, crisis económica) para que el puedo deje de concientizarse, se compare y busque un poco más de lo que está a su alcance, una buena imagen, un lujoso automóvil, escuela de renombre o cumplir con los cánones de belleza, hacer creer algo que no son o priorizar asuntos poco importantes ( partidos de futbol sobre las constantes subidas del petróleo) en más que necesidades, deseos vitales.
En lo que cabe a la forma de reaccionar del receptor, formar un criterio permitirá seguir en la mediatización o buscar la libertad del ser, actuar y pensar. Mientras la sociedad siga tan ligada a los medios masivos de comunicación sin la conciencia o el criterio para discriminar información, poco se puede hacer, Lipovetzky lo definía como - ‘’Imposibilidad de sentir, vacío emotivo, caracterizados por un malestar difuso que lo invade todo, un sentimiento de vacío interior y de absurdidad de la vida”. Los medios y la modernidad están terminando con la evolución del hombre, al final no serán los robots quienes nos manejen, serán los humanos quienes se conviertan en maquinas intercambiables, deshumanizadas, poco valoradas y puramente manipulables.